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Háblale sucio en la cama (Parte 1)

Háblale sucio en la cama (Parte 1)

Autor: Sección: Tabu 18/06/2019 8:10 pm 7683

“Mi amor, mira cómo me pones”, “me pusiste tan caliente”, “ábreme las piernas y méteme tu…”. Todas estas frases pueden sonar demasiado procaces si estás en pijama tomándote un té mientras lees este artículo (en ese caso, una disculpa), pero utilizadas con tino en la intimidad con tu pareja pueden provocarles orgasmos dignos de dioses ¿griegos?

Bueno, sabes a lo que me refiero. En este artículo te invito a analizar conmigo por qué es tan excitante escuchar a alguien hablando sucio y cómo lograr que tus palabras se vuelvan chispas que provoquen incendios.

Nena, me calientas la cabeza

Seguramente has escuchado que el órgano sexual más poderoso es el cerebro porque es donde surge la libido. Pues es verdad. En el sexo estamos acostumbrados a estimular el tacto y la vista. Pero un buen amante siempre está atento a los suspiros, gemidos, gritos y susurros de su pareja. Éstos, junto con las palabras, son procesados por la parte del cerebro conectada con el sentido del oído (el lóbulo temporal, frontal y occipital).

El oído es un sentido muy poderoso en la interacción cuerpo a cuerpo: así como bailamos al ritmo de una canción que nos gusta, lo hacemos al oír las reacciones de nuestro compañero.

Si lo que te gusta es hacerte la sumisa mientras tu pareja “abusa” de ti, la explicación está en la amígdala, una zona cerebral que también se activa cuando sentimos miedo, y que está muy relacionada con la excitación y el placer. Piensa en la emoción que sientes cuando ves una película de terror: sabes que la amenaza no es real porque está en la pantalla pero la adrenalina corre. Lo mismo sucede en los juegos sexuales: quizá sea excitante para ti que te diga prostituta en la cama, aunque sería insultante si te llamaran así para pedirte que les pases el cereal durante el desayuno. Y así, se abren posibilidades que pueden traerte mucho placer. ¿Seguimos?

Ahí, más fuerte. Así…

Entre más hables durante el sexo, más feliz te sentirás con tu vida íntima.

Pedir lo que te gusta y escuchar lo que le gusta a tu pareja es clave para procurar el placer de ambos. Si a los dos les da vergüenza pueden probar con este ejercicio. Dénse un masaje mutuo, pero dirigiéndose (dale más presión ahí por favor, sigue haciendo eso y luego más fuerte). Finalmente el otro está ahí para procurarte una sensación agradable, así que no tiene nada de malo ayudarlo a mejorar tu experiencia, es un gana-gana. Si la vergüenza te sobrepasa, los gemidos, gestos y otras maneras de expresar no verbalmente tu placer también ayudan a tu pareja a saber por dónde ir.

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